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La Palma, Santiago, Chile
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domingo, 11 de marzo de 2012

Importancia de los primeros años en el desarrollo del lenguaje y del pensamiento

Cada vez existe mayor conciencia respecto de la importancia de los primeros años en el desarrollo humano, siendo esta etapa inicial un período fundamental en la vida de los niños, tanto en el desarrollo cognitivo como del lenguaje.

Isabel Santis, directora de Pedagogía en Educación Parvularia y Asistente de Educación de Párvulos de IPCHILE Sede San Joaquín, explica que los seres humanos somos seres sociales y en virtud de ello necesitamos comunicarnos, utilizando el lenguaje como la principal herramienta para ello, por lo cual el apoyo que los adultos les brindemos para ello será la base de logros posteriores.

“Si aprenden palabras a través de las experiencias que vayan teniendo, tales palabras adquirirán sentido y podrán ser utilizadas posteriormente en los contextos apropiados. Así mismo, cuando escuchen dichas palabras podrán evocarlas y representarlas mentalmente. Es por tanto el uso del lenguaje el que promoverá cambios en el desarrollo en las estructuras y los mecanismos de la cognición”, detalla.

La especialista de IPCHILE agrega que entre el nacimiento y los seis años de edad, el lenguaje juega un rol importantísimo, pues lleva a los menores hacia nuevos niveles de operaciones cognitivas, tales como la memoria, formación de conceptos, categorías y la comprensión de las intenciones de los otros.

“Es en la interacción social con la familia y con los amigos donde aprenden el idioma de su comunidad, las normas de uso y participación y la forma de organizar sus discursos; lo mismo que los conocimientos, habilidades y creencias propios de su grupo cultural”.

En ese sentido Isabel Santis sostiene que en esta etapa además se puede conocer más sobre los niños, estando también a atentos a los que comunican y expresan en sus conversaciones espontáneas y juegos. “Si los adultos potenciamos su expresión adecuadamente se sentirán confiados en sus formas de intervenir, lo que obviamente facilitará la comunicación con los demás”.

Ahora, y dado que los niños y niñas tienen diferentes experiencias y contextos culturales, es importante señalar que no todos aprenden a utilizar el lenguaje de la misma forma ni alcanzan el control lingüístico para producir discursos coherentes y cohesivos en la misma edad. A juicio de la directora de carrera de IPCHILE “para hablar normalmente intervienen particularidades individuales, dependientes del estado y función del aspecto anatómico y psicológico, sistema nervioso, condiciones de educación y características del lenguaje de las personas que rodean al niño. Aquí es clave el rol de la familia, la cual cumple una función importante en la aparición y ritmo del desarrollo del lenguaje verbal del niño.

A modo de ejemplo, aquellos menores que crecen rodeados y estimulados lingüísticamente por sus hermanos, o a quienes sus padres les han hablado antes de que puedan comprender el sentido de las palabras, aprenden fácilmente a hablar en comparación otros que pasan mucho tiempo expuestos a la televisión o que tienen pocas posibilidades de interacción lingüística.

Del mismo modo, Isabel Santis sostiene que ambientes rígidos, en que las conversaciones son sostenidas sólo por los adultos o aquellos en que se utiliza principalmente un lenguaje imperativo, no contribuyen al desarrollo del lenguaje “y por tanto podemos decir que tampoco contribuyen al desarrollo cognitivo”.